
Autómatas y otras fantasías tecnológicas
Published on August 2, 2022
El arte muchas veces precede a la tecnología. Una chispa de creatividad es capaz de incendiar las mentes más maravillosas y crear historias fascinantes que influyen creaciones tecnológicas posteriores. Aquí hay tres historias increíbles de autómatas y otras fantasías tecnológicas, que sin duda te harán preguntarte acerca de nuestra relación con la tecnología, qué es lo que nos hace humanos, y las maravillosas capacidades de la Inteligencia Artificial.
Pablo A. Ruz Salmones, CEO – X eleva Group
El Hombre de Arena (E.T.A. Hoffmann)
¿Y si nos enamoráramos de las máquinas?
Para quien haya visto las relativamente recientes películas “Ex Machina” de Alex Garland y “Ella” (Her) de Spike Jonze, quizá les parezca interesante saber que allá a principios del siglo XIX, el gran escritor, compositor y jurista alemán E.T.A. Hoffmann, en su cuento más celebre, “El Hombre de Arena”, propuso de manera magistral la tesis que hoy es motivo de muchas películas: ¿Y si una persona se enamorara de un autómata?
En este relato, Nathaniel, el personaje principal, se enamora de Olimpia, una autómata, pensando que se trata de alguien real. Cuando descubre que es una autómata, la historia y Nathaniel se vuelven cada vez más obscuros. Esta obra magistral de Hoffmann es también la cumbre del romanticismo negro (o terror gótico). ¿Será también un preludio de lo que pueda ocurrir con nosotros?

El Amo de Moxon (Ambrose Bierce)
Del famoso autor estadounidense Ambrose Bierce (de quien por cierto dice el rumor que murió en la Revolución Mexicana tras enlistarse en las tropas de Francisco Villa), esta historia narra la relación entre un autómata capaz de jugar ajedrez y su creador, Moxon.
Allá en 1899, cuando esta historia fue publicada, Ambrose Bierce ya hacía las preguntas difíciles que hoy la tecnología nos fuerza a hacernos: ¿Qué es la inteligencia? ¿Una máquina puede dar demostraciones de ira?
Para no contar cómo termina la historia, simplemente diré que, al igual que Hoffmann, Ambrose Bierce podía tender a finales trágicos, y oscuros.
El hombre de la sesera de oro (Alphonse Daudet)
Vale, esta no es tan tecnológica, pero cuando el final del cuento es: “Hay en el mundo personas condenadas a vivir de su cerebro, y pagan con oro, con su médula y su propia alma, las más ínfimas cosas de la existencia”, sin duda nos hace cuestionarnos cosas profundas en nuestra vida. Una de las principales promesas de la Inteligencia Artificial es que tomará decisiones por nosotros y nos hará la vida más sencilla. Esto a veces puede asustar, como en los cuentos de Hoffmann y Bierce, pero quizá a Daudet le parecería interesante la idea de que podamos vivr de algo más que nuestros cerebros, y que los robots se encarguen de las labores pensantes difíciles y, parar lo que decía Daudet, era “[…]un sufrimiento, y después, cuando están hartos de sufrir[…]”. Complete usted la trágica oración.
¿Yo que pienso? Que no soy quien para juzgar obras maestras literarias, pero que sin duda alguna, han dejado en mí y en la humanidad caminos trazados acerca de cómo puede ser nuestra relación con la tecnología.
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